
Una última foto con algunos de los amigos que hice en Alemania. Curiosamente, el que está a su izquierda fue el primero que conocí. Recuerdo que fue el primer día que nos llevaron a las oficinas para hacer el papeleo de nuestros respectivos depas. Estábamos en las escaleras haciendo fila y me tocó cotorrear con él. Resultó que nos tocó vivir en el mismo edificio durante los primeros años. Una maestría, doctorado y una pandemia después, ahí seguíamos haciendo desmadre en las fiestas. Me siento afortunado de haber convivido con toda esta bella gente, que me acompañaron, literalmente, hasta el último momento. No fue fácil despedirse, pero ya era el momento. La mayoría de la banda ya se había ido, y no faltaba mucho para que el resto también lo hiciera. En fin, a ver cuándo toca volver a coincidir en alguna parte del mundo con estas lindas personas con las que hice tantas memorias.