Valentina

No solo me tocó adoptar algo de la cultura alemana durante los años que estuve allá, también a ellos les tocó adquirir un poco de lo que se debe tener siempre en casa: una buena salsita para botanear. No necesariamente tiene que ser esta salsa, pero era muy fácil adquirirla por aquellos rumbos, por lo que tuve el honor de presentársela a mis colegas de varias partes del mundo. Al inicio siempre lo ven como algo extraño, pero el alemán es muy curioso por naturaleza, por lo que casi siempre le entran a todo lo que les pongas enfrente (por lo menos hablando de comida). Fue así que tuvieron la fortuna de conocer esta linda tradición mexicana de echarle Valentina a casi todo lo que sea comestible. No pasó mucho tiempo para que comenzara a regalar botillas a los amigos que frecuentaba; para no tener que estar cargando con la mía siempre. A muchos les agradó, y creo que la siguen usando hasta el día de hoy. Ya no hacía falta que les dijera que le echaran salsa a la botana, ya lo hacían en automático. Fue algo similar a lo que pasó con el Tajín, que también era fácil de adquirir por aquellos rumbos. En esta foto me encontraba con mis amigos de Alemania compartiendo botanita, bebida y cigarritos de esos que se hacen a mano.

Leave a comment