Fröhlichkeit

Hay pocos momentos que se han acercado al estado de felicidad en el que me encontraba cuando llegué a Marburg. Era la primera vez fuera de América (que en realidad es solamente México y USA para mí), y honestamente no sabía mucho de lo que me esperaba del otro lado del charco. Me fui algo triste de Ensenada por todo lo que dejé en la ciudad. Pero por alguna razón, al llegar a mi destino se me quitó casi de inmediato. Supongo que fue porque casi no tenía tiempo de pensar en casa. Toda mi mente estaba tratando de procesar por lo que estaba pasando: país nuevo, gente nueva, otros idiomas, etc. Tuve la fortuna de conocer culturas que desconocía, gente de países que jamás había escuchado su nombre, y sobre todo hice muchos nuevos amigos. Los dos meses que estuve ahí fueron casi como un sueño. La verdad es que no teníamos preocupaciones: solo había que ir a los cursos de idioma y hacer las tareas, el resto del tiempo lo pasaba como en la foto que les pongo aquí. La pregunta que siempre me hago es si es posible volver a vivir algo similar. Lo dudo mucho. Tendría que ser un evento en mi vida muy radical como para experimentar este tipo de sentimientos otra vez.

Leave a comment