Salsa

En las fiestas también me tocaba prepararle la botana a la raza. Aprovechando que soy mexicano y que me gusta comer picante, me ponía a preparar unas salsitas antes de las pedas. Lamentablemente, como ya saben, el chile es escaso en Alemania, por lo que había que improvisar un poco. Por suerte, había una tienda que vendía chiles empaquetados, pero no era seguro que picaran; a veces sí, a veces no. En esta ocasión, tuve suerte de que sí estuvieran enchilosos. Además, había que encontrar buenos totopos que no tuvieran queso u otras cosas raras. De igual forma, tuve suerte de que estos sí existen por allá y funcionan muy bien para su propósito. A mis compas asiáticos les encantaba la salsa, casi siempre se la terminaban ellos. Los europeos medio le sacaban, pero igual la probaban nada más para vivir la experiencia. Los más agradecidos eran mis compas mexas, ya que algunos tenían meses sin probar una botanita así. Para acompañar todo esto, les compraba unos pepinos con tajín para los que no se querían enchilar mucho.

Leave a comment