La película Moonlight es una de mis favoritas. Supe de ella porque ganó el premio a mejor película en los Oscars, por lo que tenía ganas de verla. Aprovechando que andaba visitando a la morra que me gustaba en aquel entonces, decidí invitarla a ver la movie. Mi error fue no haber leído un poco sobre la trama, porque solo hizo incómoda la situación. Quizá hubiera sido mejor idea ver la del joven Karl Marx, también anunciada en la cartelera. A pesar de todo esto, con el tiempo le agarré cariño a este film y terminó siendo de mis preferidas. No le quiero echar toda la culpa a esta película de que las cosas no hayan funcionado; no era el más cautivador en esos años (y tampoco ahora). El problema es que, como todo hombre, soy malo leyendo las indirectas superdirectas que las mujeres me mandan. En fin, todo este episodio de mi vida quedó como una linda memoria más. Mi consejo: no la piensen mucho.