
En el intercambio vivía cerca del campus de la Universidad. Era una caminata de unos 15-20 minutos que hacía diario. Cuando platiqué esto, mis compañeros me advirtieron que no era una zona muy segura para caminar solo. Para solucionar esto, comencé a atravesar las instalaciones de La Salle, una Universidad que me quedaba camino a la mía. La cosa era que había que vestirse medio fresa para que pensaran que era estudiante. Tuve suerte de que siempre me funcionara, porque a un amigo sí lo torcieron y lo echaron de este lugar mientras aplicaba este mismo truco. Lo malo era que no aplicaba en fines de semana o durante vacaciones.