Pasaporte perdido

Durante un viaje que hice a Bélgica, me encontraba con un par de amigos en un conocido bar de la ciudad de Bruselas; el Delirium. Estos dos colegas que me acompañaban son mexicanos, y por esta razón nos encontrábamos platicando en nuestra lengua madre. Sé que suena redundante, pero es importante para la historia. En un momento de la noche, un tipo que se encontraba a nuestro lado leyendo un libro se acercó a nosotros y nos pidió de favor si podíamos cuidar su mochila mientras iba al baño. Todo esto en Español. Nos quedamos sorprendidos porque no sospechábamos que tuviéramos a un hispanohablante a nuestro lado; ni idea qué tanta tontería habrá escuchado. A su regreso, se unió a nuestro grupito. No recuerdo si lo invitamos o se autoinvitó, no es importante. En otro punto de la noche, aún sentados en el bar, el hombre misterioso pregunta sobre el dueño de un pasaporte que encontró tirado debajo de nuestra mesa. Resulta que eran mis documentos. Afortunadamente este tipo los encontró, de otra manera los hubiera perdido en un otro país al que residía. Tuve mucha suerte, más que nada porque muy pronto iba a viajar a Estados Unidos. Ya se imaginarán el tremendo susto que me di por un instante. Ya más tarde, salimos del bar y caminamos un rato con este nuevo hermano latino que conocimos, luego nos despedimos de él para, posiblemente, siempre.

Leave a comment