Quién iba a creer que esto, lo que se ve en la imagen, es lo que íbamos a estar haciendo la mayor parte del 2020. A pesar de que fue un año muy complicado, debo confesar que el inicio del mismo fue muy bueno. Esta foto la tomé apenas un par de semanas después de Año Nuevo en el depa donde vivía con mi amigo alemán. Ya teníamos varias semanas juntándonos a jugar de forma casual, y esto siguió incluso después del inicio de la pandemia. Claro que hubo unas semanas donde nadie quería salir de sus casas, pero después del primer susto reanudamos nuestras actividades. Estas reuniones se hicieron cada vez más frecuentes, pues no había lugares para salir a divertirse; casi todo había cerrado. Yo creo que esto fue una de las pocas cosas que me ayudaron a sobrellevar esta situación tan lejos de casa y la familia. Si no hubiera sido por esta comunidad que se armó durante los años del master, las cosas se habrían tornado muy oscuras. De hecho, me parece que al final de cuentas nos hicimos compañía entre todos, cada quien lidiando con las restricciones a su manera.