Una clásica tarde con los amigos de la maestría en Bonn. Este era el típico setup cuando nos reuníamos en el BKW; compas, cerveza y cotorreo por unas cuantas horas. El cuarto que me tocó en este edificio era relativamente grande. Podía acomodar a unos cuantos colegas, como en la foto, y sobraba algo de espacio para que la gente circulara. Esta recámara era ideal para estas ocasiones porque la sala del departamento estaba casi siempre ocupada por mis otros roomates y sus amigos. Es por esto que siempre había oportunidad para juntarnos en mi cuarto para chillear un rato; siempre tenía sillas extras y una mesita para jugar cartas con los panas. Algo lindo también que sucedía durante el invierno es que podía dejar afuera unas cervezas y se mantenían siempre frías, solo había que abrir la puerta-ventana y agarrarse una. Era aquí donde planeábamos las fiestas que se celebraban en este dormitorio, todas con éxito.