Hay una temporada del año donde los alemanes se desatan por completo. Bueno, en realidad los alemanes que viven por la región de Colonia, los demás tienen Oktoberfest o cosas similares. El famoso carnaval arranca el “Elfter-Elfter”, once-once en español; 11 de noviembre, pues. Puntualmente, a las 11:11 de la mañana, la pisteadera comienza. Las calles del centro de varias ciudades se inundan de personas que quieren celebrar esta festividad. A través de los años, me tocó participar en estas actividades en distintas ocasiones. La mayoría de mis conocidos alemanes lo celebran, por lo que no había forma de escaparse. De hecho, me tocó vivirlo más de cerca por culpa de mis roomies. Recuerden que estuve viviendo algunos años en un dormitorio estudiantil donde la fiesta no paraba (ver BKW). Incluso al instituto donde estuve como cinco años llegaba el alcohol en estas fechas. No importa si era día laboral; nos disfrazábamos para el carnaval y nos poníamos a pistear a la hora indicada al inicio de este post. Más tarde, y ya con el alcohol subido, pasábamos a celebrar al centro de la ciudad. O mejor aún, tomábamos el tren a Colonia para experimentar el caos del carnaval en su ciudad de origen. La primera vez me tocó presenciar a muchas personas vestidas de mexicanos; sombrero y poncho. Obviamente no era auténticos, y por esto me compré el mío en México durante mi primera visita. Sin lugar a duda este disfraz fue un éxito para carnaval y Halloween. Koelle Alaaf!