
Desde que tenía unos quince o dieciséis años tenía ganas de hacerme una perforación en la oreja. En particular, quería hacerme una expansión. En aquella época de la prepa estaba de moda expandirse el lóbulo, no sé por qué. Quizá era porque estaba en su apogeo lo de ser emo y escuchar música ruidosa. Es claro que parte del outfit era hacerse perforaciones y tatuajes. No llegué a considerar tanto el último, pero del primero sí que tenía ganas. Ya sabía que esta idea no iba a ser bien recibida por mis padres, por lo que nunca se las comenté ni fui tan valiente de hacérmela sin su permiso. Fue entonces que dejé este propósito de lado y seguí con mi vida. Unos ocho años más tarde, ya estando en Alemania, la intención volvió a surgir. No puedo apuntar a una razón en específico del porqué fue que me regresó esta idea. Es probable que haya sido influenciado por la escena metalera con la que crecí y que después de tantos años ya podía experimentar. Todo lo anterior fue simplemente por asistir a conciertos en Colonia y conocer gente que le gustaba la misma música que a mí. Fue en esta temporada que conocí a mi buen amigo del post Das deutsche Vertrauen. Este cuate lo conocí sin tatuajes y sin perforaciones, ahora está tatuado de ambos brazos (de nuevo, influencia de la escena). Curiosamente, al contrario de mí, no le gustan las perforaciones. En fin, un día le comenté sobre esto a un amigo mexicano de la maestría y le pareció buena idea lo de irnos a mutilar las orejas. Aprovechamos también para convencer a una amiga en común de que hiciera lo mismo y aceptó unirse. Fue entonces que con una aguja, no pistola, me abrieron el lóbulo izquierdo (links ist kool, rechts ist schwul). El resultado es el de la foto, en ese mismo rato. Yo muy confiado pensé que la herida iba a tardar unas semanas en sanar. Dado que en ese rato ocurrieron bastantes accidentes con mi oreja, esta tardó en cicatrizar más de lo anticipado. Por fortuna, siempre obtuve la ayuda profesional necesaria para sanar la lesión. Hasta ahora sigo portando esta pieza de joyería. La considero como un souvenir de Alemania; cada que la miro en el espejo me trae lindos recuerdos de aquellos años.