Johnny textero

Hace unos trece años me encontraba pasando un fin de semana con la familia en un rancho. Ya saben cómo va esto: te reúnes con primos, tíos y abuelas que no habías visto desde que eras un niño. Casi no conoces a nadie, quizá algún tío que es primo de tu padre. Son cosas que uno no aprecia a esa edad, pero que con el tiempo te das cuenta de por qué este tipo de reuniones se organizan. En fin, de lo que quería hablar es de lo que estaba haciendo en ese instante de la foto. Si no mal recuerdo, y por las fechas en la que se creó, me parece que andaba mandándome mensajes con mi novia de aquel entonces. El año era 2009, tener un smarthphone o un plan con datos era algo muy nuevo y nada barato. Lo estándar era enviar mensajes de texto o hacer llamadas, no existía eso del visto o online; supongo que era más simple y causaba menos drama. El problema es que antes cada SMS costaba, por lo que el crédito se te podía acabar muy rápido, dependiendo cuántos mandaras. Así era como nos comunicábamos cuando estábamos fuera de casa durante estos años. A veces pasaba que la otra persona te decía que se le iba a acabar su saldo pronto, y que no tenía cómo ponerle crédito en ese rato. La solución era ir corriendo al Oxxo y ponerle un mínimo de veinte pesitos para que aguantara hasta que pudieras decir buenas noches. Claro que esto no lo hacía con mis amigos, obvio. Y pues eso es lo que muy probablemente estaba haciendo en este momento, mandileando un rato mientras los grandes hablaban de la familia y política.

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