Auf wiedersehen

Este es el día después de Letzter Tag. Los que aún estábamos ahí pasamos a despedir al resto de la banda marburguera a la estación del tren. Nos fuimos yendo uno por uno; cada quien en su respectivo tren. En este breve rato hubo muchas sonrisas, carcajadas y lágrimas. Estuvimos platicando sobre nuestras aventuras en este pueblo universitario mientras nos prometíamos que volveríamos a encontrarnos. Y de hecho así fue. Durante los siguientes años tuve la fortuna de estar en contacto con esta familia que se creó mientras tomábamos los cursos de idiomas. Algo similar acaba de pasar, pero en otro lugar donde estuve seis años. Es interesante tratar de encontrar similitudes entre estos eventos. En el primer caso solo fueron sesenta días, en el otro más de dos mil. A pesar de esta gran diferencia, ambos sucesos fueron similares. Quizá necesito algo de tiempo para poder apreciar más mi tiempo en Bonn (que en realidad ya lo hago). Pues bueno, solo el paso de los años dirá qué es lo hace que las emociones expresadas durante una despedida sean independientes del tiempo.

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