
Esta es una foto que tomé hace como once años en el patio de mi casa mientras el Dr. Vázquez impartía una plática a los miembros de la Sociedad Científica Juvenil (SCJ). De hecho, él fue el primer presidente que existió en esta asociación de jóvenes científicos que inició originalmente en los ochenta. Si han seguido los posts de la serie SCJ, sabrán que yo junto con otros compañeros retomamos este grupo en el 2011. Tuve el honor de ser el presidente que dirigió al grupo por los siguientes tres años y de guiar a gente muy capaz durante este tiempo. Todo esto ya se los he platicado, ahora toca hablar un poco de la persona que tuvo la brillante idea de crear esta agrupación. No queda duda que con su liderazgo ha tocado de forma indirecta la vida de cientos de personas que ahora conforman la SCJ.
Este icónico personaje lo conocí hace unos doce años, por medio de una serie de accidentes que me llevaron a él. Después de platicar un poco sobre astrofísica el día que lo conocí, me invitó a participar a un curso en la Universidad, solo que yo tenía dieciséis años y apenas estaba en la prepa; no tenía nada que hacer ahí. Mis ganas de aprender fueron las que me hicieron levantarme temprano los sábados para asistir a esta clase, que era una mezcla de astronomía y biología. Aproveché e invité a otros cuates de mi escuela para no ir solo, porque me sentía un poco intimidado por la raza de la Uni. Todos dijeron que sí y durante una de estas clases fue que se nos invitó a volver a iniciar la SCJ. El resto es historia. De aquí en adelante el Dr. Vázquez siempre nos apoyó casi con todo, hasta nos regaló el dominio del grupo que al día de hoy se sigue usando. En fin, creo que ahora me veo reflejado en él porque también me toca ver a las nuevas generaciones de miembros del grupo y me siento orgulloso de ellos. Es increíble ver que el proyecto siga vivo y también apreciar como la SCJ ha impactado en la vida de tantas personas. No nos queda más que seguir apoyando a estos jóvenes ilustres y tratar de guiarlos lo más posible en su camino.
En la parte académica el Dr. Vázquez también jugó una parte importante. Resulta que cuando me tocó llevar Física 1 este profesor ya estaba bien puesto para ser nuestro verdugo. Hay una anécdota muy chistosa que merece su propio post, quizá luego se las platique. Tiene que ver con el primer examen donde se abrochó a todo el salón menos a mí. Como sea, a lo que quiero llegar es que, al igual que en mi vida de divulgador, él también tuvo un gran impacto en mi vida universitaria. A pesar de que solo nos impartió dos cursos, siempre estuvo presente durante toda la carrera. Incluso fue uno de mis sinodales en la tesis (que medio le dio una leída, pero se agradece la intención). Gracias a sus cartas de recomendación fue que me pude ir de intercambio a Guanajuato y a la maestría en Alemania.
Ahora las cosas han cambiado. Como les digo, lo conocí hace más de una década y al inicio lo miré como una eminencia. Hasta ese entonces no había conocido a un profesional de la ciencia por lo que siempre me refería a él como doctor o profesor. De hecho, lo sigo haciendo, pero ahora es más por cariño que por respeto (que aún le tengo). Me siento afortunado de ahora poder considerarlo un amigo con el que comparto lindas memorias, de las cuales seguimos hablando cada que nos vemos mientras nos echamos unos vinos.