
Así es como se miraba una típica clase en la facultad de ciencias mientras estudiaba ahí. Quizá puedan ver una que otra cara conocida de otros posts, como el de Rodrigo. Una cosa que resalta es el salón que está prácticamente vacío, no somos muchos y, de hecho, es de esperarse. En mi generación entramos unos treinta alumnos, de los cuales terminamos como seis o siete. Me parece que fuimos unas de las generaciones más grandes que entró, quizá porque The Big Bang Theory, la serie de televisión, estaba de moda en aquellos tiempos. Yo no me vi influenciado por el programa de tele, pero me di cuenta de que muchos de los que entraron sí (esos que hablan más de lo que saben). Regresando a la imagen, este momento es de cuando apenas íbamos a la mitad de la carrera, y como ven ya no quedaban muchos, pero por fortuna todos los que salen aquí se graduaron. Otra cosa que resalta es la camisa de la SCJ que trae el maestro. Sí, él era el profe que nos impartió como tres cursos y aún no tenía treinta años. Debido a que varios miembros de la SCJ entraron a la facultad, esta se influenció un poco por nosotros. Tanto así que este maistro decidió comprarnos una camisa cuando las sacamos a la venta. En fin, lo que quería resaltar en realidad es la convivencia que existe entre los alumnos y los docentes, algo que no existe acá. En Alemania los profesores llegan, dan su clase y desaparecen. Claro que puedes hacerles preguntas o comentarios durante la clase, pero con los que en realidad tienes que lidiar son los tutores. Ellos son los que se encargan de los ejercicios y de aplicar el examen. Es por esto que ver esta imagen me llama la atención. Son situaciones que traté de aplicar por acá, pero igual el alumnado se resistía a convivir; no cotorrean como en México. Lo que me motiva ahora es que pronto estaré de vuelta en la facultad y, así como este profesor, ahora sí se armará el cotorreo que tanto me hace falta.