
Hace unos cinco años me encontraba preparándome para la segunda ronda de exámenes semestrales de la maestría. Por lo general, esto de estudiar para los finales en Alemania se hace en equipo porque es mucha la información que hay que digerir en poco tiempo (recuerden que el examen vale el 100% de la calificación final). Después del catastrófico primer semestre, aprendí que hay que hacer las cosas con tiempo y juntarse con otros para que te den un poco de motivación al momento de estudiar. Esas semanas antes de terminar nos la vivíamos en la biblioteca, que está a espaldas de mí en esta foto. Algunos se quedaban hasta media noche para trabajar, yo me iba un poco antes porque se me hacía mucho tiempo de mi vida invertido en eso (aunque en realidad era en lo único que tenía que enfocarme). En esta imagen, que tomé poco después de las 9 pm, estamos algunos compañeros de la maestría tomándonos un merecido descanso del arduo día de trabajo en la Universidad. No solo aprovechábamos para salir a jugar a la explanada, también nos íbamos a buscar algo para cenar a los alrededores. La comida no siempre era buena, pero nos mantenía con el estómago lleno. Les muestro esta imagen porque me hizo pensar en el último post que escribí. Son unos nueve años de diferencia entre los dos, pero son situaciones algo similares. Aquí en Bonn también generé bastantes lindas memorias con mis amigos del master, algunas ya se las he compartido en las últimas entradas. Aparte de estos recuerdos, quedaron también buenas amistades que se mantienen hasta el día de hoy. Espero que en el futuro esto se transforme en colaboraciones académicas o de otra índole similar. De hecho, ya he estado invitando amigos a que impartan conferencias en mi Universidad, aunque ni siquiera estoy afiliado a ella todavía. Creo que es una buena excusa para que esta gente visité México, y en especial mi linda ciudad. Para cerrar un dato curioso: de esta imagen solo el de playera roja con azul sigue aquí con el doctorado, aunque pronto se va de la ciudad, al igual que yo.