
En el plan de la carrera de física que me tocó, existía una materia llamada emprendedores. Este curso ya no existe en el mapa curricular actual, por razones que trataré de explicar. Si mal no recuerdo, esta materia era de finales de la carrera y obligatoria, por lo que era totalmente necesario cursarla. Antes de que nos tocara, ya habíamos escuchado historias sobre el curso por parte de compañeros de generaciones más arriba. No nos platicaban cosas lindas; todo indicaba que no nos la íbamos a pasar bien. Y de hecho así fue. Hay que admitir que el profesor era muy buena onda y cotorro, siempre nos apoyó por lo que no me puedo quejar de él. El problema fue el curso en sí. El objetivo, en pocas palabras, era diseñar un proyecto durante todo el semestre y presentarlo al final en un tipo “feria” de estudiantes que atendían otras carreras también, no solo física. Lo primero, entonces, era inventarte algo y ver si se podía comercializar. A mi compañero (que ya conocen de Rodrigo llorón) y a mí, se nos ocurrió que podríamos diseñar un sistema de pizarrones para tener más espacio donde escribir en un lugar reducido. La verdad es que este sistema ya se usa en muchas universidades gringas y europeas, solo que en nuestra uni no existe tal cosa, por lo que era algo “innovador”. El primer inconveniente fue que teníamos un presupuesto muy reducido para armar nuestro prototipo, por lo que nos tocó poner algo de nuestro dinero. El segundo fue que tomaba mucho tiempo trabajar el proyecto. Invertimos mucha energía en esto para, al final, aprender a hacer un foda en lugar de cosas que de verdad son importantes para la formación de un físico. En fin, me parece que fue tanta la queja de los alumnos que decidieron quitarla para planes futuros. Todos coincidimos en que no tenía valor alguno cursar esta materia, pero a “los de arriba” les pareció buena idea incluirla en un plan de ciencias. Si había que llorar por alguna materia, era esta.