
Hace ya casi cinco año de que estoy prácticamente diario en esta oficina. Las primeras veces que la visité fue para ir a preguntarle cosas a mi tutor de Teoría Cuántica de Campos que, unos meses después, se convertiría en mi compañero de oficina. Ahora un poco de historia. Después de terminar el segundo semestre llegó el momento de buscar con quién hacer la tesis. Para ese entonces ya sabía que no haría cosas de gravedad porque esos grupos de investigación estaban siempre llenos; la mayoría de mis amigos quería trabajar en esos temas. Fue que me decidí buscar alguna alternativa que tuviera que ver con partículas por lo que me acerqué a un profesor que investiga esto para pedirle un intership (hice esto porque me faltaban algunos créditos para iniciar la tesis). Este trabajo me tomó un par de meses y al terminar le seguí con la tesis. Durante unas semanas estuve sin un lugar fijo para trabajar; no había espacios en el instituto. Resulta que en esta oficina había un espacio libre pero el profesor “encargado” tenía una llave extra que la secretaria no contempló. Este chisme me lo platicó el de suéter verde que sale comiendo y yo de vuelta a la secretaria. Unos días después este profesor se me acerca y me entrega la llave de la puerta para que ya por fin me pueda quedar ahí. Creo que no estaba muy contento. De hecho me parece que nunca le he caído bien. En fin, ya que todos los que nos quedamos en Bonn para la tesis estábamos establecidos en nuestros respectivos institutos, comenzamos a reunirnos los viernes a la hora de la salida como pueden ver en esta imagen. A veces nos juntábamos aquí o nos íbamos al Instituto de Física que está a un lado del nuestro, como pueden ver en el post de Feierabend. Ahora la configuración de las mesas ha cambiado, al igual que el de las personas que integran este pequeño espacio. No falta mucho para que la rotación de estudiantes cambie de nuevo, de hecho en unos meses ya nos vamos los dos más antiguos. Y sí, se puede pistear en la Universidad.