Una imagen clásica que tomé durante la carrera de física. Esta foto ya va a cumplir diez años y en su momento era muy graciosa por lo que acababa de pasar antes de que este momento fuese capturado. Pero primero un poco de contexto. Estábamos tomando la materia de probabilidad con un profesor que tenía mala fama; la mayoría de las personas decían que era muy estricto y presumido. Fue entonces que comenzamos el curso con un poco de miedo, pero con el tiempo nos fuimos dando cuenta de que lo que contaban otras personas no era cierto. El profe era muy buena onda y cotorreaba bastante con nosotros durante la clase. Todo era muy lindo hasta que llegó el momento de hacer el primer examen parcial. Resulta que al profe se le ocurrió una modalidad muy estricta de evaluar: si no sabías la respuesta y tratabas de adivinar te quitaría un punto. Esto significaba que tener un resultado erróneo te quitaría dos puntos de la calificación final. El día llegó, hicimos el examen y salimos a platicar sobre nuestros resultados, que es el instante que les presento en este post. Al parecer a mi amigo que sale hasta el frente no le fue tan bien y por eso tenía esa cara. Su tristeza no duró mucho pues el maestro nos engañó: no aplicó el sistema que nos prometió. Solo lo hizo para que sintiéramos algo de presión y estudiáramos más de lo habitual. Para mí fue indiferente lo acontecido porque no tuve ningún error en mi examen, había que mantener el promedio después de que fui declarado como El mejor frente a toda la facultad. Ahora me imagino que los que hablaban mal de nuestro querido profesor era porque les había ido mal en el curso. Más adelante tomé otras dos materias con él y hasta me llegó a escribir una carta de recomendación para venir a Alemania.