Poker

A inicios del 2019, durante una de las tantas tardes de pizzas con los panas, se le ocurrió a uno de estos colegas enseñarme a jugar Poker. Como la mayoría del mundo, había escuchado del juego antes solo que no sabía cómo jugarlo. De hecho, mis roomies del BKW ya me habían invitado a jugar varias veces pero no le agarraba la onda así que las reglas se me olvidaban de un día para otro. Unos años después me vuelvo a topar con este juego solo que en esta ocasión me llamó más la atención. Quizá fue por la competencia que se armó con mis amigos por ver quién ganaba más veces; llevábamos la cuenta de las victorias de cada uno por lo que había que echarle ganitas para no quedarse muy atrás. Fue entonces que comencé a leer un poco sobre la estrategia y matemática que se requiere para tomar decisiones en cada paso de la partida. Me di cuenta de que la suerte no lo es todo y que se requiere cierto grado de conocimiento para “ganarle al juego”; hay que tomar la decisión que te beneficierá a la larga, aunque te toque perder a corto plazo. De aquí en adelante me entretuve mucho con el juego al grado de que cada semana nos reuníamos entre cinco y ocho personas a competir en mi casa o la de otro amigo. Las partidas podían llegar a durar hasta seis horas pero se pasaban rápido porque nos la pasábamos a toda madre pisteando y comiendo pizza o comida china que encargábamos en línea. Actualmente ya no le hemos seguido como antes porque algunos se han ido de la ciudad y otros porque simplemente perdieron el interés. Curiosamente, jugamos bastante durante la pandemia a pesar de las restricciones que había al inicio de la misma. Era nuestra forma de salir de la rutina para evitar volvernos locos encerrados en casa viendo cómo subían los casos alrededor del mundo. En un futuro, ya que termine con el doctorado o el doctorado me termine a mí, me gustaría dedicarle un rato a estudiar la estrategia y ver hasta dónde puedo llegar antes de que los profesionales me aniquilen. Willst du mitmachen?

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