Rammstein

A finales del 2018 una de mis bandas favoritas desde que tenía como doce años anunció un tour internacional con varias fechas en Alemania que es donde vivo hasta ahora. Un amigo alemán que también es fan de la agrupación me comentó que deberíamos asistir al concierto en Berlin pues era posible hospedarnos en la casa de su tía sin costo alguno. De hecho ya habíamos estado en esa ciudad pero para ir a conocer y tirar desmadre nada más. Entonces el día de la venta de boletos llegó y, como era de esperarse, el sistema se sobresaturó y estuvimos en la cola como por dos horas sin poder acceder a los boletos. Para nuestra sorpresa, los tickets ya se habían acabado casi desde que se abrió el sistema para su venta por lo que en realidad nunca tuvimos oportunidad de atender ese show. Muy tristes comenzamos a buscar otras fechas y la que mejor nos pareció fue la que se iba a dar en junio del 2019 en Barcelona; buen lugar, clima y una linda ventaja era que podía hablar español con la demás gente allá. En ese momento ni nos preocupamos por el hospedaje y transporte, solamente queríamos tener la oportunidad de ver el show que iba a dar esta banda porque ninguno de los dos habíamos tenido esta oportunidad antes. Fastforward unos meses y ya nos encontrábamos en la cola para entrar al estadio donde se iba a dar el concierto. Ya dentro nos paramos en un lugar medio céntrico y cerca del escenario para tener buena vista del show. Pues bueno, hasta ahora ha sido el mejor espectáculo que he visto que he visto. Rammstein es conocida mundialmente por sus shows pirotécnicos y en esta ocasión no defraudaron. Fueron poco más de dos horas de música y fuego que dejaron a los casi cuarenta mil visitantes satisfechos, que me parece la mitad eran alemanes que no alcanzaron boletos en su país. Tengo que admitir que cuando estaba chico me bajaba videos musicales o de conciertos y en ese tiempo estaba clavado con el de Mein Teil donde meten al tecladista a una olla y lo “cocinan” con un lanzallamas. Esto que acabo de describir logré por fin presenciarlo ese día y fue tanto el sentimiento que hasta se me salió una lágrima. Todo esto es difícil describirlo pero imagino que se han encontrado en alguna situación similar con otro artista. Y así fue como, después de como quince años, experimenté en vivo la banda con la que crecí cantando sus canciones que hasta ahora puedo entender. Al salir del estadio nos encontramos con vendedores de cerveza que curiosamente hablaban alemán y nos ofrecieron un six pack que debimos aceptar pues la cheve que le compramos nos la acabamos de un trago. En la búsqueda de más alcohol nos encontramos con un bar que estaba repleto de los conacionales de mi amigo; era como un pedacito de Alemania en España. Era tanta la pisteadera que se acabó la cerveza en la taberna. Unglaublich!

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