
Hace ya casi tres años me tocó impartir un poco de lo que aprendí durante mi primer año de la maestría en Alemania. No recuerdo muy bien cómo fue que se me ocurrió hacer esto en mi facultad pero se lo comenté a una de mis profesoras con la que tomé clase en la carrera. A ella le pareció tan buena la idea de este taller que hasta programó un seminario del mismo tema, a parte de este evento, para que la mayoría de los estudiantes pudiese asistir. Fue una buena experiencia porque pude hacer lo que me gusta, que es dar clases, y aún me tocó ver caras conocidas entre los alumnos a parte de la de los profes, que de hecho también tomaron notas de lo que escribía en el pizarrón. Como ya les había comentado en posts pasados, estos temas no se ven en mi carrera y me parece que tampoco los imparten en las clases de maestría que imparten los institutos de investigación de la ciudad, por lo que también llegaron a asistir unos cuantos estudiantes de posgrado en busca de temas frescos que no fueran óptica, astronomía o nano. Espero que con esto alguno de los que asistieron se hayan animado a seguir por el camino de la Cuántica de Campos y que ya le entiendan un poco mejor a lo que se vio aquí que solo fue una breve introducción a esta gigantesca rama de la física. También es posible que haya desanimado a muchos pero por lo menos les ahorré algo de tiempo para que buscaran su pasión por otro lado. Ahora con esta visita a México por fin podré impartir un taller desde que comenzó la pandemia, solo que ahora será de Relatividad. A ver cómo nos va.
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