Cuando entré a la preparatoria la moda emo estaba en su pico de popularidad. Esto ya se comenzaba a notar incluso un par de años antes, cuando cursaba el segundo año de secundaria. Se podía ver como la novedad era traer el cinto de estoperoles, pintarse las uñas de negro, dejarse crecer el cabello en forma de fleco entre otras tendencias y actividades que algunos de mis contemporáneos no están orgullosos de haber hecho. Todo esto se miraba venir incluso unos años antes con la entrada de bandas gringas que tocaban rolitas tristonas allá por el 2004-2005. Obviamente la música jugaba un papel crucial en todo esto; la moda venía prácticamente de ahí. En ese entonces era normal poner el MTV por la noche para ver las caricaturas que te tenían prohibidas tus papás y también por los videos musicales que pasaban en aquel entonces. Era común llegar al otro día a la escuela para comenzar a platicar sobre el episodio de South Park que viste a escondidas y el top 10 de canciones que estaban de moda. Muchas de las agrupaciones famosas que tocaban en este canal traían el trend musical tipo punk y emo, o una mezcla de estos géneros. Recuerdo muy bien cuando me tocó comprar (bueno, me lo compraron) un disco llamado The Black Parade de una de estas bandas que de hecho era la más famosa. Me parece que tras la salida de este álbum se vino el punto de inflexión para este género, lo que provocó que todo lo comercial relacionado a los emos estallara. Esto tomó aún más fuerza poco antes de que cumpliera quince años porque comencé a mezclarme con este fenómeno social sin darme cuenta; ya me dejaba el fleco pero de manera modesta. Fue en ese tiempo también que se armó la banda de covers a Bullet For My Valentine con los cuates de la escuela: Inercia (échenle una leída). También pasaba que cuando íbamos al otro lado con la familia era de ley llegar a la Hot Topic por playeras de bandas que luego iba a presumirlas a fiestas y/o toquines donde tocaran esta música o simplemente para farolear frente a mis amigos. La verdad es que nunca me consideré uno aunque admito que escuchaba bastante ese estilo musical y agarré un poco del fashion para vestir. Claro que estaban los emos de verdad que se tomaron muy en serio todo esto y se miraban igual a como los que salen si googleas esa palabra: cabello pintado, delineador negro, Converse y pantalones entubados. Varios de nosotros comenzamos a irnos por el lado musical del metalcore y deathcore, géneros que se habían colgado del tren emo para llegar a ser medianamente famosos entre los jóvenes (quizá luego les platique un poco sobre esta transición). Pero bueno, ya ha pasado casi la mitad de mi vida desde esta foto con mi amiga, que sí le echó más ganas durante este movimiento, y aún sigo esperando desde hace como 2 años a que My Chemical Romance toque en Bonn.