Leonas

Estas son algunas de las damas que me mantuvieron a flote durante mi estancia de intercambio en León. Todas ellas también hacían un semestre fuera de casa y pasaban por la misma experiencia que yo. La única diferencia es que yo vivía del otro lado de la ciudad, prácticamente aislado de lo que es la vida en el centro histórico y peor aún resultó que ellas vivían todavía más lejos. Lo que pasó fue que su campus era nuevo y fue construido algo alejado de la civilización, por lo que tenían que buscarse un depa por ahí. A la primera que conocí fue la que está justo frente a mí. Llegó al mismo dormitorio donde viví solo que ella se hospedó solo por unos días, en lo que se encontraba un depa. Quizá por esa razón fue la amiga más apegada que tuve durante esos meses y la que me invitaba a los cotorreos con las demás. De hecho, con el subgrupo que más me juntaba eran ella y sus roomies. Una de estas chicas es la que tengo abrazada a mi izquierda, la otra andaba por ahí en la fiesta también. Cada que había pachanga las invitaba o ellas me invitaban. A veces era complicado vernos por la distancia (el camino era de casi dos horas) o por lo que anduviéramos haciendo en la Uni. Aun así encontrábamos tiempo para vernos y chismear un rato sobre cómo nos había estado yendo durante ese tiempo que no nos vimos. Uno de los highlights fue cuando nos fuimos a Aguascalientes para la Feria de San Marcos y nos hospedamos en la casa de una de las chicas (la del fleco con flores a mi derecha). La verdad que aún me sigue sorprendiendo la hospitalidad del mexicano; esta chica se la rifó con más de diez personas en su casa y encontró lugar para todos. Otro momento memorable fue el de esta foto. Era una fiesta Hawaiana organizada por quién sabe quién a la que asistieron dos grupos grandes de amigos; las leonas y la raza que conocí en el Instituto de Física. Ya hablaré de este último grupo en otro post.

Cuando digo que me mantuvieron a flote me refiero a que hicieron que mis primeras semanas de soledad en esta ciudad no fueran tan malas; siempre estaban ahí para salir a pasear u organizar un cotorreo. Hubo otros estudiantes que no aguantaron estar fuera de casa por tanto tiempo y se regresaron a sus ciudades. Ellos siempre tuvieron nuestro apoyo pero simplemente no pudieron continuar. La verdad no sé qué tanto hubiera aguantado sin este grupo de chicas. Definitivamente hubiera sido muy complicado seguir pero tuve la fortuna de que justo en ese semestre ellas llegaran a Guanajuato. Ya los años han pasado y a pesar de que la comunicación se haya perdido siempre estaré muy agradecido con ellas por todas las vivencias y memorias que se crearon estando con ellas.

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