Durante el cuarto semestre del antiguo plan de estudios de la carrera de física nos tocó llevar el laboratorio de electromagnetismo, que es el que está en la primera foto. Al inicio del semestre el profe nos amenazó con que el último que llegara a la clase pagaría las cocas. Esto significaba que el impuntual le compraría una lata de coca-cola a cada compañero del salón. Lo curioso era que, la mayoría de las veces, el profesor era el que llegaba tarde y se pichaba los refrescos. Estar bajo esta presión de llegar temprano sí funcionaba porque casi siempre salíamos corriendo de la clase anterior ya que la profe hablaba mucho y se pasaba de la hora. Después de varios años pienso que en realidad el profesor solo quería motivarnos con este reto, y no perjudicarnos económicamente como algunos pensaban. Al final siempre las pagaba él.